Es cierto que la decadencia de los cines urbanos es extensible a todas las ciudades, pero en Bilbao la debacle es mucho más acentuada. Es la capital de toda España con menos cines por habitante. Un puñetazo en la mandíbula a todos los que sacamos pecho cuando hablamos de la transformación modélica de una ciudad industrial a ciudad de servicios.
Se habla de la proliferación de los multiplex en la periferia con sus aparcamientos gratis, del cambio en los hábitos de ocio y consumo, de Internet, de la piratería. Y todo eso es verdad. Pero también creo que hay otra razón muy sencilla: simplemente, ahora hay otros intereses comerciales mucho más jugosos que mantener un cine.
Están los Zubiarte y están los Golem, pero no es lo mismo. Forman parte de un conjunto, de un centro comercial, cultural o social donde hay otras ofertas y posibilidades. De lo que aquí hablamos es del cine a pie de calle. Del cine como un fin y como un todo, a donde sólo vas para ver una película. Ni más ni menos.
Como último vestigio, a Bilbao le quedan los Multis. Pertenecen ya a otra época, finales de la década de los 70, cuando comenzaban a imponerse las multisalas. Pero es lo que nos queda como cine de barrio. Por eso, ahora tienen un valor histórico impensable hace unos años. Se han convertido, tristemente, en el emblema y estandarte de un mágico ritual en vías de extinción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario