lunes, 5 de julio de 2010

TODO INCLUIDO



Ese reivindicable actor y productor de comedias que es Vince Vaughn dibuja en "Todo incluido" un retrato generacional de un grupo de casados treintañeros. El guión empieza afilado, pero la película termina prácticamente sin chispa, llegando a un desenlace demasiado previsible.


Aunque en este tipo de comedias ligeras el "happy end" es casi una obligación, queda la sensación de que se podía haber jugado algo más con los finales de las distintas parejas. El acierto inicial de mostrar a un grupo de amigos nada homogéneo, se vuelve en contra de los guionistas en cuanto éstos deciden que todos acaben igual (de bien). No es mucho pedir como espectadores algo que medianamente nos pueda sorprender, como hizo precisamente el propio Vaughn con el final de "Separados".

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