domingo, 11 de diciembre de 2011

IN TIME: DISTOPÍA SOBRE LA CRISIS


Es lo que tiene sentarte a ver una película sin muchas expectativas: que a poco que el film te sorprenda y te entretenga más de lo previsto, ya te das por muy satisfecho. Es lo que me ha pasado con In Time. Y eso que la cosa no empieza muy prometedora: primera imagen y ya vemos al falto de carisma (como actor y como cantante... sinceramente, no entiendo el enorme éxito de este tipo) Justin Timberlake enseñando pectoral. Pero In time está escrita, producida y dirigida por Andrew Niccol, el de Gatacca y El señor de la guerra, así que esto no es un vehículo para el lucimiento de Timberlake y enfocado a chavales palomiteros. Hombre, algo de eso también hay, pero la historia es muy original: nos presenta una sociedad más o menos ficticia, en la que no se paga con dinero, sino con tiempo. El tiempo es la moneda de cambio, el bien más preciado, y al que se le acaba, muere. Y por supuesto, en esta sociedad también hay clases: ricos, no de dinero sino de tiempo, y pobres que viven al día, y nunca mejor dicho.
Lo que más me ha gustado de In Time es que la podemos meter perfectamente en el mismo grupo de films que en los últimos años han surgido a raíz de la primera crisis económica del siglo XXI, como Up in the air, The company men y Margin Call, pero ésta con más acción para el gran público y en clave futurista. Lo que los eruditos llaman una distopía, una utopía negativa y pesimista para reflejar una realidad. Como Un mundo feliz. Como 1984. O como la propia Gatacca de Niccol.
La mayoría de críticas hacia la película han sido negativas. No me esperaba otra cosa. Pero sí me esperaba menos de In time, y sigo pensando que está por encima de la media del rutinario cine comercial que nos llega habitualmente de Hollywood.

jueves, 21 de julio de 2011

LA SEMANA DEL ASESINO


Gracias al estupendo canal DCine Español he descubierto La semana del asesino (1972), una de las primeras películas de Eloy de la Iglesia, en la que el director guipuzcoano ya fue adelantando las constantes que marcarían sus grandes éxitos posteriores. Ese gusto obsesivo por la marginalidad, el tremendismo, el exceso y el morbo están en cada plano de esta historia, la de un tipo mediocre e ignorante, que trabaja en un matadero y que vive sólo en una chabola del extrarradio. Un chamizo rodeado, como si se tratara de una isla, de nuevas construcciones, edificios y bloques que se levantan en un descampado, acogotando y aislando aún más si cabe a este personaje amoral, miserable y patético, que mata a un hombre por accidente y para que no le descubran se sumerge en una espiral de asesinatos, en un descenso a los infiernos sin vuelta atrás. Un Pascual Duarte del tardofranquismo, hijo de la España más cutre y casposa, interpretado sorprendentemente por un Vicente Parra muy alejado de aquellos personajes de galán que le hicieron tan popular. Es más que probable que tanto Parra como de la Iglesia tuvieran muy presente lo que había hecho unos pocos años antes Tony Curtis con El estrangulador de Boston (1968).


Aunque en algunos momentos pueda parecer que la película quiso seguir la estela del giallo, el cine de terror italiano que tan de moda estaba en aquella época, La semana del asesino se me antoja profundamente ibérica. Es casi un recorte del periódico "El Caso", con esa atmósfera malsana, opresiva y maloliente, la crónica negra de una sociedad caduca que ya estaba desapareciendo para dar paso a una nueva. Dos sociedades, dos países, dos personajes, el de Parra y el de un debutante Eusebio Poncela, en la piel de un joven vecino homosexual que escribe guiones de películas, alter ego del propio director, totalmente opuesto al protagonista, pero convertido en su única compañía, y al final, en su conciencia, dando paso a un desenlace chirriante pero forzado por la censura, y que no desmerece el conjunto de un film atrevido y a reivindicar en la filmografía de uno de los cineastas más discutibles, polémicos y malditos del cine español.

martes, 14 de junio de 2011

ALMAS CONDENADAS


A estas alturas de la vida no vamos a descubrir a Wes Craven. Y dudo mucho que él, a sus más de setenta años, ya nos quiera sorprender. Este director capaz de lo mejor (Pesadilla en Elm Street) y lo peor (la repugnante y torpe La última casa a la izquierda), hace tiempo que abandonó la idea de hacer experimentos con gaseosa, como aquella Música del corazón con Meryl Streep. Tiene abolutamente interiorizado y asimilado su oficio, que es hacer pelis de miedo. Como John Ford, que dijo aquello de "soy John Ford y hago westerns".

Por eso me sorprenden tanto las críticas negativas a su último estreno, Almas condenadas. Insisto: creo que nadie espera de Craven un Ciudadano Kane. Con Almas condenadas vuelve al slasher puro y duro, el subgénero donde mejor sabe moverse: un tipo se dedica a dar matarile a todo quisqui, con preferencia por los adolescentes con las hormonas a flor de piel. Punto. Quizá en el terror moderno pueda haber mejores directores, como John Carpenter, pero en este tipo de historias, Craven es el maestro.

¿Qué más podemos pedirle después de legar para la posteridad a dos personajes tan carismáticos como Freddy Krueger y Ghostface? ¿Después de cimentar las bases del slasher con Pesadilla en Elm Street? ¿Y después de reventar desde dentro el subgénero, parodiándolo y homenajeándolo a la vez, con la saga Scream?


Quizá el hecho de llegar a la cartelera después de la muy disfrutable y entretenidísima Scream 4 le reste puntos, pero yo tampoco pido más. En Almas condenadas tenemos lo de siempre: el asesino, los jóvenes, el pueblecito, el instituto, el clásico suceso traumático ocurrido años atrás. Y muchos sustos y muchas muertes, filmadas y montadas con ritmo y precisión, y con el gusto por la cuchillada bien profunda y los litros de sangre tan típicos de este director. El comienzo es abrumador -otra característica del cine de Craven-, y el film entretiene hasta el final. Ni más ni menos.

viernes, 10 de junio de 2011

HANNA


Qué satisfacción encontrar de vez en cuando en la cartelera una propuesta tan diferente y personal como Hanna. Cine de acción y agentes secretos pero con una novedad: aquí la protagonista es una adolescente de 14 años.

Hanna es una perfecta máquina de matar, pero su incomunicación con la sociedad también la hace vulnerable ante el mundo y los sentimientos. Joe Wright se aleja de sus historias de época (Orgullo y prejuicio, Expiación), pero sigue contando con protagonistas femeninas de la fuerza de esta adolescente entrenada desde niña por su padre para sobrevivir.

No se puede contar mucho más de una trama bien desarrollada que va destapando sus cartas poco a poco. Las escenas de acción y violencia están rodadas con brío y pulso firme, y los momentos más íntimos con delicadeza y buen gusto. Todo ello al ritmo de la subyugante banda sonora electrónica de los Chemical Brothers.

Un viejo y destartalado parque de atracciones será el escenario perfecto para el desenlace, donde no podían faltar el lobo y la casa de Hansel y Gretel. Detalles y referencias que confieren a este film un aura de fábula o cuento moderno, dando como resultado un conjunto muy estimulante.

martes, 7 de junio de 2011

CITA MISTERIOSA


Hay películas que un día cualquiera y casi por azar se cruzan en tu camino y, sin saber muy bien por qué, sea por tu estado anímico o por las circunstancias que rodearon ese momento, pasan a formar parte de tu lista de films favoritos. Cita misteriosa (1991) pertenece a esta categoría. Una comedia juvenil prácticamente desconocida y olvidada que no ha pasado a la historia del cine y que nadie osaría mencionar en un cine club, pero que se ganó desde la primera vez que la ví un sitio importante en mi corazón cinéfilo.

Será por ese arranque que nos muestra a un tímido adolescente obsesionado con su vecina, espiándola desde su habitación con el telescopio y hurgando en su basura para saber algo más de ella. Será porque luego la historia se transforma en una entretenida trama de equívocos, persecuciones y asesinatos. Será porque todo transcurre en una noche, algo que siempre me fascina, como en la hipnótica, agobiante y excéntrica Jo, qué noche de Scorsese. Será por las canciones de INXS o por el poster de Pink Floyd en la habitación del protagonista. Será porque están muy bien un Ethan Hawke recién salido del club de los poetas muertos y una Teri Polo unos cuantos años antes de Los padres de ella y secuelas.


Lo cierto es que, a pesar de todas estas razones, sigo sin entender muy bien por qué esta película me gusta tanto. A veces, simplemente, ocurre. Y puedo decir bien alto que entre todas esas películas de Welles, Buñuel, Kubrick, Hawks, Hitchcock y compañía que conforman mi videoteca predilecta, también está, con orgullo y sin complejos, esta irresistible Cita misteriosa.

miércoles, 18 de mayo de 2011

SIN CINES EN BILBAO

¿Qué es una ciudad sin cines? Una ciudad triste, vacía, hueca. Gran parte del alma del Bilbao del siglo XX estuvo en las decenas de salas de cine que poblaban sus calles. ¿Quién no tiene, como mínimo, un recuerdo de infancia en un cine? Creo que mi primera experiencia ante una pantalla grande fue en el Albéniz con ET el extraterrestre. También recuerdo La historia interminable en el Consulado, Indiana Jones y el templo maldito en el Astoria, Quién engañó a Roger Rabbit en el Vistarama... Ninguna de esas salas existe ya. El Capitol, inaugurado en 1959, era el único cine histórico de Bilbao que resistía, pero en este momento no estamos para milongas románticas y quijotescas. Se acabó. Abajo el telón. Y la persiana.

Es cierto que la decadencia de los cines urbanos es extensible a todas las ciudades, pero en Bilbao la debacle es mucho más acentuada. Es la capital de toda España con menos cines por habitante. Un puñetazo en la mandíbula a todos los que sacamos pecho cuando hablamos de la transformación modélica de una ciudad industrial a ciudad de servicios.

Se habla de la proliferación de los multiplex en la periferia con sus aparcamientos gratis, del cambio en los hábitos de ocio y consumo, de Internet, de la piratería. Y todo eso es verdad. Pero también creo que hay otra razón muy sencilla: simplemente, ahora hay otros intereses comerciales mucho más jugosos que mantener un cine.


Están los Zubiarte y están los Golem, pero no es lo mismo. Forman parte de un conjunto, de un centro comercial, cultural o social donde hay otras ofertas y posibilidades. De lo que aquí hablamos es del cine a pie de calle. Del cine como un fin y como un todo, a donde sólo vas para ver una película. Ni más ni menos.


Como último vestigio, a Bilbao le quedan los Multis. Pertenecen ya a otra época, finales de la década de los 70, cuando comenzaban a imponerse las multisalas. Pero es lo que nos queda como cine de barrio. Por eso, ahora tienen un valor histórico impensable hace unos años. Se han convertido, tristemente, en el emblema y estandarte de un mágico ritual en vías de extinción.

domingo, 17 de abril de 2011

CAPERUCITA ROJA


Soy un devoto admirador de los clásicos cuentos infantiles. Son parte de la base de la literatura moderna, igualmente fascinantes para un niño que para un adulto. Nunca envejecerán porque hablan de nuestros miedos más atávicos, vivamos en el siglo XVIII o en el XXI. "Caperucita Roja" nos recomendaba obeceder a los mayores y no salirse del sendero. El bosque es uno de los terrores favoritos de nuestro subconsciente. Y el lobo es el desconocido con el que no hay que hablar, barnizado con connotaciones sexuales. Pero el problema de esta versión de 2011 es que en ningún momento siento que me están contando ese cuento. Esto a ratos se parece más a un reality para buscar pareja en la MTV.

La sensación después de ver la película es de oportunidad perdida. Pensaba que podrían extraer el lado más perverso del cuento, más cercano a Perrault que a los hermanos Grimm, y me he encontrado con una nueva vuelta de tuerca a "Crepúsculo". Porque aquí lo importante es la historia de amor adolescente, contada por Catherine Hardwicke con los mismos recursos que empleó en aquel primer film de la taquillera saga: voces en off, imágenes ralentizadas, cruces de miradas y mucha feromona en el ambiente. De hecho, las partes en las que no hay nada de esto son las más dignas. Pero el conjunto acaba resintiéndose, dejando un producto flojo y decepcionante. Ni ilustres como Gary Oldman y Julie Christie frenan la caída libre. En el caso de la veterana actriz, más que la abuelita del cuento parece una hippie de Ibiza. Y eso que la dirección artística es lo más salvable de la película.

Si alguien quiere disfrutar de una Caperucita Roja oscura y diferente, ésta es una buena oportunidad para recuperar "En compañía de lobos", la inquietante versión libre del cuento que hizo Neil Jordan en 1984.

miércoles, 13 de abril de 2011

CUANDO KARATE KID SE FUE A MISISIPI

La reivindicable estrella juvenil de los 80 Ralph Macchio será siempre en nuestra memoria aquel Daniel San de "Karate Kid" (1984), bombazo taquillero de los 80 que dio para otras dos entregas, formando una trilogía que fue tristemente de más a menos. Pero entre patada y patada y "dar cera pulir cera", Macchio dejó un rato de hacer la grulla en la playa para colgarse una guitarra y buscar la esencia del blues en Luisiana.


La película es "Cruce de caminos" (1986), y la dirigió Walter Hill, perteneciente a ese grupo de estupendos directores que se comieron a bocados la década de los 80 y ahora han caído en un olvido injusto y miope. Hill dirigió buddy movies (películas con una pareja de colegas, generalmente muy diferentes entre sí) como "Límite 48 horas" (1982) y "Danko calor rojo" (1988), y westerns como "Forajidos de leyenda" (1980) y "Gerónimo" (1993). Pero sobre todo fue un experto mezclando géneros, como en la magnífica "Calles de fuego" (1984), un western urbano con mucha acción y mucha música.
Bueno, pues un poco de todo esto tiene "Cruce de caminos". En este caso, la pareja de colegas está formada por un joven aspirante a guitarrista y un veterano bluesman, que viajan hasta Misisipi con objetivos distintos. El chico para recuperar una canción perdida del mítico Robert Johnson, y el anciano para recuperar su alma, vendida años atrás al diablo en un cruce de caminos, al igual que, según la leyenda del blues, le ocurrió a Johnson.


Como en el western, tenemos un largo viaje, la chica, peleas en tugurios y por supuesto, el duelo final, antológico, donde las guitarras sustituyen a las armas. Y aquí es donde muchos han elevado a categoría de culto esta película. Porque el oscuro oponente es el virtuoso guitarrista Steve Vai, que demuestra sus dotes guitarrísticas en sus turnos y en los correspondientes a Macchio, aunque también en algunas partes puso su sonido a la guitarra del actor el gran Ry Cooder. Un duelo musical de mucha altura, que termina decidiéndose con el "Capricho Número Cinco", una pieza que no tiene nada que ver con el blues, pero compuesta por Paganini, otro músico del que también se dice que vendió su alma al diablo.

Una auténtica gozada de película.

martes, 12 de abril de 2011

AVANCE DE THOR



El próximo 29 de abril el martillo de "Thor" sacudirá con fuerza la taquilla de la cartelera española. La esperada puesta de largo cinematográfica de este guerrero mitológico expulsado a la Tierra es la enésima traslación hollywoodiense a la gran pantalla de un comic de la factoría Marvel.

Es de suponer que "Thor" será el film que lance al estrellato al joven actor australiano Chris Hemsworth, más conocido de momento por haberle dado el "sí quiero" a Elsa Pataky. Eso sí, está secundado por valores seguros en el reparto: Stellan Skarsgard, Anthony Hopkins y la hiperactiva Natalie Portman. Lo más sorprendente es ver a Kenneth Branagh en la dirección, aunque parece que con su fichaje Paramount y Marvel han querido darle a la película un toque shakespeariano, un trasfondo algo más profundo de lo habitual en este tipo de producciones.


lunes, 11 de abril de 2011

LLEGA EL CONEJO HOP


La historia de un conejo de pascua que se traslada a Hollywood llega este viernes 15 de abril a nuestra cartelera después de alcanzar lo más alto de la taquilla estadounidense. "Hop" es un film de corte infantil y familiar dirigido por Tim Hill, el mismo de "Alvin y las ardillas", y como en ésta, encontramos mezcla de actores reales con animalitos creados digitalmente.


El principal actor de carne y hueso es James Marsden ("X-Men", "27 vestidos", "La caja") y la voz original de Hop pertenece al cómico británico -y marido de la cantante Katy Perry- Russell Brand... quien por cierto, acaba de estrenar en USA "Arthur", el remake de la película de Dudley Moore que se ha colocado como segundo mejor estreno de la semana justo detrás de "Hop".

domingo, 10 de abril de 2011

ADIÓS A LUMET

Se ha ido Sidney Lumet, uno de los directores más importantes del cine americano de la segunda mitad del siglo XX. Era también el máximo representante de aquella nueva hornada de cineastas que en los años 50 comenzaron en el cine procedentes de la pequeña pantalla, la llamada "generación de la televisión".




Los dramas sociales y policíacos fueron su fuerte. Debutó con el clásico "Doce hombres sin piedad" (1957) y cerró su larga carrera con la estupenda "Antes que el diablo sepa que has muerto" (2007). Entremedias, títulos emblemáticos como "Serpico" (1973) y "Tarde de perros" (1975), ambas con Al Pacino en plena forma, "Network, un mundo implacable" (1976), "El príncipe de la ciudad" (1981)... incluso sus trabajos más impersonales, como "Asesinato en el Orient Express" (1974) y "El abogado del diablo" (1993), tienen su encanto.


Mi problema de siempre con Lumet es que, aún reconociendo su calidad, en muy pocas ocasiones ha conseguido tocarme la fibra sensible. Demasiadas veces me ha dejado frío. Pero recuerdo que sí me impactó mucho uno de sus títulos más desconocidos, "La ofensa" (1973), una historia dura, tensa, seca, con un Sean Connery atípico y soberbio.



Y luego está la que posiblemente sea su obra maestra: "Veredicto final" (1982), con un Paul Newman insuperable en la piel de un abogado fracasado y bebedor que encuentra en el caso de un error médico una última oportunidad para redimirse.


Ese plano inicial con Newman a contraluz fumando, bebiendo y jugando con una máquina pinball en un bar nos dice ya absolutamente todo sobre el personaje. Una buena muestra de la maestría cinematográfica de Lumet.

viernes, 8 de abril de 2011

SIN COMPROMISO

Pasé un rato muy entretenido viendo "Sin compromiso". Que sí, que ya sé que es una comedia romántica más, tan fácil de ver como de olvidar, y que cuando entras a la sala sabes perfectamente cómo va a acabar la cosa. Nadie dice que sea un peliculón, pero si la comparamos con otras de la misma escuela, el film se coloca, al menos un poco, por encima de la media.
Será por la química entre una pareja por la que en un principio no hubiera dado un duro. Pero Natalie Portman, liberada de cisnes negros, y sí, también Ashton Kutcher, están sorprendentemente naturales, frescos, relajados.

Será porque el enamoradizo, el romántico y el cursi es el chico, y la que sólo busca carne es ella.

Será porque por fin le han vuelto a dar un papel al estupendo Kevin Kline.

Será porque la película no engaña, y a pesar de ciertos e inofensivos tacos y despelotes, no va de comedia romántica guay, diferente, modernilla y progre, como sí se presentan últimamente otras comedias del estilo.

¿Y no será que todo lo anterior se debe a una dirección, la de Ivan Reitman, competente y experimentada?

Y es que, qué demonios, que ya sólo por figurar en su carrera "Los Cazafantasmas", "Los gemelos golpean dos veces" y "Poli de guardería", el tipo se merece un respeto.

lunes, 4 de abril de 2011

EL BLUFF DE "DEATH PROOF"


Aunque no comparto la devoción ciega y desmedida de sus acérrimos y arrodillados fans, Tarantino es un tipo que siempre me suscita interés. Me gusta esa vena cinéfaga y videoclubera que tiene y que expone en sus obras. Reivindicando sin complejos no sólo el cine de clase A, sino el de serie B, S e incluso Z (que no son lo mismo).


De ahí vino "Grindhouse", su proyecto conjunto con Robert Rodríguez, un tributo al cine cutre y exploitaion de los 70 y 80. Y todo eso está muy bien, por supuesto. La intención es lo que cuenta, dicen.


Pero es que "Death Proof" es, durante demasiados ratos, aburridísima. Tarantino lleva hasta el paroxismo y la extenuación su gusto por los diálogos banales y vulgares. Un acierto en, por ejemplo, "Reservoir dogs" y "Pulp Fiction". En "Death Proof", auténtico tedio.


Una pena, porque el film tiene sus momentos. Pero la historia está inflada como un globo para alcanzar la hora y media de duración. Dan ganas de coger la tijera y cortar, cortar, cortar hasta dejar únicamente las partes en las que aparece Kurt Russell en la piel del Especialista Mike. En ese caso, "Death Proof" hubiera sido un mediometraje magnífico.

miércoles, 23 de marzo de 2011

ADIÓS A LIZ TAYLOR

Pienso ahora en Elizabeth Taylor y le alabo su gusto por el riesgo, por las historias opresivas, difíciles e incómodas para la época, como "La gata sobre el tejado de zinc", "De repente el último verano" y "Reflejos en un ojo dorado".
Pienso en la niña prodigio de los años 40, en la estrella de los 50 y en el mito insoportable, vanidoso y caprichoso de los 60.
En sus escándalos amorosos y en su tortuosa relación con Richard Burton.
En su irrefrenable atracción hacia los inadaptados y desvalidos, como Montgomery Clift, James Dean y Rock Hudson, y en su afán por protegerlos de una manera casi maternal.
Y qué decir de su colección de rodajes gafados y películas malditas: "La gata sobre el tejado de zinc" y el shock por la muerte de su tercer marido, "El árbol de la vida" y el accidente que desfiguró a Clift... y sobre todo uno de los grandes desastres de la historia, "Cleopatra", donde ella misma estuvo a punto de morir.
Nunca ha sido una de mis actrices favoritas, pero su muerte me ha dejado ese poso de melancolía que siempre me dejan estas noticias de los grandes del Hollywood clásico. Porque cada vez quedan menos. Y porque ese aura, ese magnetismo, ese toque difícil de explicar ya no lo tiene el star system actual. No hay más que volver a ver a Kirk Douglas, con sus casi 100 años, merendándose a todos en los últimos Oscar.

miércoles, 16 de marzo de 2011

CORTINA RASGADA


Siempre se ha dicho que "Cortina rasgada" es un Hitchcock menor, que el film está muy lejos de las grandes obras del maestro. Que la historia es muy maniquea, con los yanquis buenos y los comunistas malos. Que el cineasta fue perdiendo el interés y la motivación durante el rodaje, que Julie Andrews le fue impuesta por el estudio y que no llegó a congeniar con Paul Newman. Hala, metámosla en el cajón de las peliculitas menores de Hitch.


Como si todos los días pudiera uno dirigir "Vértigo" o "Psicosis"...


Pero resulta que "Cortina rasgada" es Hitchcock del bueno. Tiene dos aspectos fundamentales, básicos, imprescindibles para cualquier película: que es muy entretenida y está muy bien contada. Es una sucesión de secuencias memorables: el asesinato en silencio de Gromek, el momento en que Newman le revela toda la verdad a Andrews, la fuga en autobús, el escape del teatro donde se representa un ballet.


Creo que "Cortina rasgada" es una gran demostración del genio de Hitchcock y Newman. Porque trabajando sólo a medio gas, no crearon una obra maestra... "únicamente" les salió una magnífica película.

martes, 1 de marzo de 2011

GRAN "CISNE NEGRO"


A Darren Aronofsky le reconozco, a bote pronto, tres virtudes. La primera, que no se amilana ante las historias complejas, difíciles y duras. O visto de otra manera, quizá sea él mismo quien transforma las historias en complejas, difíciles y duras.

La segunda, que es un gran experto en fabricar clímax intensos. La parte final de "Cisne negro" es impactante, pero afortunadamente para mi sensibilidad, mucho más poética y llevadera que la última media hora, irrespirable e insoportable, de su "Requiem por un sueño". Los descensos a los infiernos de Aronofsky son más bien ascensos en montañas rusas sin sujeción.

Tampoco hay que negarle su buen ojo a la hora de recuperar a antiguas estrellas. Resucitó a Mickey Rourke en "El luchador" y ahora a Wynona Ryder. En ambos casos, con papeles sospechosamente parecidos a las vidas reales de sus intérpretes. Elecciones nada casuales, desde luego. Pero lo importante es que extrae de los actores a su servicio interpretaciones sobresalientes.

Reconozco que, exceptuando aquellos primeros papeles adolescentes en "El profesional" y "Beautiful girls", hasta ahora no había conseguido entusiasmarme del todo Natalie Portman. Pero esta vez la actriz hace en la realidad casi exactamente lo mismo que su Nina en la ficción: sentir en carne propia a su personaje hasta las últimas consecuencias.

En "Cisne Negro" hay uñas que se rompen, padrastros y sarpullidos que sangran, huesos que crujen. Hay esfuerzo, sufrimiento, sacrificio, inseguridad, miedo, paranoia, obsesión, alienación, locura. Todo por conseguir la perfección. Un imposible, una quimera. Un precio a pagar demasiado alto.

martes, 4 de enero de 2011

"ORIGEN" DE NUEVO


Ha sido una de las mejores películas de 2.010 y su segundo visionado lo confirma. "Origen" pertenece al grupo de films que ganan cuando los ves más de una vez. Posiblemente a Poe y a Buñuel también les habría atrapado este torbellino visual y narrativo, que juega con la percepción de los sueños y la realidad, donde los sueños están dentro de otros sueños, y el tiempo se reblandece hasta transformar los segundos en minutos, los minutos en horas, y las horas en días, semanas y años. "Origen" te hipnotiza, te envuelve, te sujeta y no te suelta hasta el espectacular y enigmático desenlace, resaltado, una vez más, por la envolvente partitura del gran Hans Zimmer. Y el trabajo de todo el reparto es demoledor, con un Di Caprio al frente que vuelve a demostrar por qué es la estrella más importante del cine actual.

Si Christopher Nolan dio un giro al cine de superheroes con "Batman Begins" y "El caballero oscuro", aquí reinventa el thriller con una trama sui generis de espionaje industrial, con ladrones de ideas que trabajan en escenarios oníricos... y que al final resulta ser una melancólica historia sobre el amor perdido y la culpa.