martes, 17 de abril de 2012

AVANCE DEL FANT 2012

Nos sobran alicientes para no perdernos un año más el Festival de Cine Fantástico de Bilbao. Una semana larga para disfrutar de varios estrenos, clásicos y rarezas en un evento cinéfago y desprejuiciado, muy acorde con el espíritu de este blog, y ya consolidado en la ciudad -18 ediciones-.

La sección oficial contará con siete estrenos. El primero de ellos, "El callejón", con la presencia de su director Antonio Trashorras y su protagonista Ana de Armas. También destaca el estreno absoluto de "Devoured", ópera prima del director texano Greg Olliver, que también estará en Bilbao para presentar el film. Y hablando de debutantes, Kike Maíllo, premiado director de "Eva", será galardonado con el Premio FANTROBIA.

Además de la tradicional proyección de un buen puñado de cortos, las secciones paralelas vuelven a ser, a mi juicio, lo más sugerente de la oferta del FANT. Este año, en MAESTROS DEL FANTÁSTICO, tenemos a Roman Polanski y a Richard Fleischer. De Polanski tendremos la oportunidad de pasar un mal rato viendo en pantalla grande sus dos primeras y míticas obras maestras, "Repulsión" (1965) y "La semilla del diablo" (1968). Ambas opresivas y paranoicas, como prácticamente toda la filmografía del polémico cineasta polaco. 

Lo de recordar a Fleischer me parece una gran idea. Desgraciadamente, sigue siendo todavía un director no lo suficientemente reivindicado. Estamos hablando de un tipo que se atrevió con todos los géneros y que dirigió clasicazos como "20.000 leguas de viaje submarino", "Los vikingos", "Impulso criminal", "Barrabás" y una de las películas futuristas o distópicas que más me han marcado, "Soylent Green", aquí titulada "Cuando el destino nos alcance". FANT ofrecerá otro de sus peliculones, "El estrangulador de Boston" (1968), con un Tony Curtis desconocido y alejado de sus habituales roles. Si hubieran completado la sesión con "El estrangulador de Rillington Place", también de Fleischer, hubiera sido ya el summum.

Otra de mis secciones favoritas es FANT AL RESCATE, que en esta ocasión desempolva dos películas de culto y malditas del cine español: "La llamada" (1.965) de Javier Setó, protagonizada por un Emilio Gutiérrez Caba que también se pasará por Bilbao, y "La semana del asesino" (1972), interesante historia de psicópata ibérico dirigida por el malogrado Eloy de la Iglesia, machacada por la censura, y que ya comenté ampliamente en este blog hace un tiempo. Por cierto, con un Vicente Parra inédito cambiando su traje de galán por el de asesino... un cambio de registro casi idéntico al del mencionado Curtis de "El estrangulador de Boston".

Hay más cosas, como la referencia al fin del mundo del calendario maya en este 2012 con una selección apocalíptica que incluye "The last man on earth" (1954), primera versión cinematográfica de "Soy leyenda" de Richard Matheson, "El incidente" (2008) y "The road" (2009). Y la proyección de algunos capítulos de "The twilight zone", una de las series más legendarias e influyentes de la historia de la televisión.

Pero el plato fuerte de esta edición del FANT es sin duda PHENOMENA EXPERIENCE. Será la primera vez que se lleve a cabo en Bilbao esta impagable iniciativa del director catalán Nacho Cerdá, que consiste en celebrar en un ambiente festivo una nostálgica sesión doble de películas comerciales de los 70, 80 y 90, todo con copia en cine -nada de digital- y con carteles y trailers de la época. Un revival que está teniendo un impresionante éxito en Barcelona y Madrid con películas como "Tiburón", "La princesa prometida", "El secreto de la pirámide" y "Los Goonies". Ahí es nada. En Bilbao veremos "El resplandor" (1980), irrepetible obra maestra de Kubrick, y "Evil Dead 2" (1987), aquí estrenada como "Terroríficamente muertos", secuela y al mismo tiempo remake con más dinero de "Posesión Infernal", con unos desatados Sam Raimi y Bruce Campbell -inolvidable Ash- en la trilogía más bizarra de la historia del cine. 

Sin embargo, la primera vez -esperemos que no sea la última- de PHENOMENA EXPERIENCE en Bilbao nos recuerda una triste realidad: que al contrario que Barcelona y Madrid, la capital vizcaína no puede acoger este evento en una sala clásica, tradicional, con solera. Y es que Bilbao es, desde hace ya algún tiempo, un cementerio de cines. Qué envidia de los espectadores del Cine Urgel de Barcelona y del Palafox de Madrid.

FANT 2012 se celebrará en Bilbao del 4 al 11 de mayo.

viernes, 13 de abril de 2012

BUÑUEL EN TOLEDO

Mi reciente visita a Toledo me ha llevado de algún modo a recordar los pasos que dio un joven Luis Buñuel en esta mágica y misteriosa ciudad antes de ser un director mundialmente conocido. Eran los años veinte del siglo veinte, cuando Buñuel estudiaba en la Residencia de Estudiantes de Madrid y se escapaba en tren a Toledo de juerga junto con sus compañeros García Lorca y Dalí, entre otros. Buñuel estaba completamente subyugado con Toledo. Él hablaba, y lo suscribo, más que de su belleza turística, de "su ambiente indefinible". Y el día de San José de 1923, después de tener una visión en plena borrachera mientras paseaba por el claustro gótico de la catedral, fundó la "Orden de Toledo", de la que se nombró a sí mismo condestable, o máximo representante.

En su libro de memorias "Mi último suspiro" recuerda que "para acceder al rango de caballero había que amar a Toledo sin reserva, emborracharse por lo menos durante toda una noche y vagar por las calles. Los que preferían acostarse temprano no podían optar más que al título de escudero". Rafael Alberti, destacado miembro de la Orden, recordaba cómo en su rito de iniciación los cofrades le dejaron abandonado y extraviado en plena noche en el angosto laberinto de un Toledo nocturno y fantasmagórico. "Así que me eché a caminar por la primera callejuela -muy contento, por otra parte, de mi falta de brújula-, decidido a dejarme perder hasta el alba".

Miembros de la Orden, entre secretarios, fundadores, caballeros, escuderos e invitados, fueron, por ejemplo, el compañero de correrías Pepín Bello, Lorca y su hermano Paquito, Dalí, Jeanne, la mujer de Buñuel, Alberti y su mujer María Teresa León, el poeta José María Hinojosa y varios destacados vascos como el pintor José Uzelay, el dramaturgo Eduardo Ugarte y el empresario de la comunicación Ricardo Urgoiti. O dicho de otra manera, tres cuartas partes de la Generación del 27.

Casi siempre se hospedaban en la "Posada de la sangre", un tugurio en el que Cervantes había situado su obra "La ilustre fregona", con burros en el corral, sábanas sucias y sin agua corriente, algo perfecto para los miembros de la Orden, que tenían prohibido lavarse durante su estancia toledana. El antro en cuestión ya no existe. Cayó en los combates de 1936, año en que precisamente, la Orden dejó de funcionar.

Comían en tascas, como la "Venta de Aires", que tuve ocasión de ver in situ, y allí se entonaban con tortilla a caballo (con carnes de cerdo), perdiz y vino blanco de Yepes. Acto seguido hacían un alto obligado en el antiguo Hospital Tavera, para velar la tumba del cardenal Tavera, esculpida por Berruguete. Confirmé que allí mismo sigue la estatua yacente del cardenal, "muerto de alabastro, de mejillas pálidas y hundidas, captado por el escultor una o dos horas antes de que empezara la putrefacción". Después subían a la ciudad "para perdernos en el laberinto de sus calles, acechando la aventura. (...) A menudo, en un estado rayano en el delirio, fomentado por el alcohol, besábamos el suelo, subíamos al campanario de la catedral, íbamos a despertar a la hija de un coronel cuya dirección conocíamos y escuchábamos en plena noche los cantos de las monjas y los frailes a través de los muros del convento de Santo Domingo. Nos paseábamos por las calles, leyendo en alta voz poesías que resonaban en las paredes de la antigua capital de España, ciudad ibérica, romana, visigótica, judía y cristiana".

Muchos años después, en 1969, Buñuel adaptó la novela de Galdós "Tristana" trasladando la acción de Madrid a Toledo para rendir homenaje a la ciudad y a sus amigos de juventud: "puse en "Tristana" muchas cosas a las que toda mi vida he sido sensible, como el campanario de Toledo y la estatua mortuoria del cardenal Tavera, sobre la que se inclina Tristana".
La película supone el último gran tributo de Buñuel a la ciudad del Tajo, y décadas después, he comprobado que el lugar sigue conservando un intrigante magnetismo. Habrá que volver... pues tal y como exigía la Orden, "había que ir a Toledo con la mayor frecuencia posible y ponerse en disposición de vivir las más inolvidables experiencias".