jueves, 21 de julio de 2011

LA SEMANA DEL ASESINO


Gracias al estupendo canal DCine Español he descubierto La semana del asesino (1972), una de las primeras películas de Eloy de la Iglesia, en la que el director guipuzcoano ya fue adelantando las constantes que marcarían sus grandes éxitos posteriores. Ese gusto obsesivo por la marginalidad, el tremendismo, el exceso y el morbo están en cada plano de esta historia, la de un tipo mediocre e ignorante, que trabaja en un matadero y que vive sólo en una chabola del extrarradio. Un chamizo rodeado, como si se tratara de una isla, de nuevas construcciones, edificios y bloques que se levantan en un descampado, acogotando y aislando aún más si cabe a este personaje amoral, miserable y patético, que mata a un hombre por accidente y para que no le descubran se sumerge en una espiral de asesinatos, en un descenso a los infiernos sin vuelta atrás. Un Pascual Duarte del tardofranquismo, hijo de la España más cutre y casposa, interpretado sorprendentemente por un Vicente Parra muy alejado de aquellos personajes de galán que le hicieron tan popular. Es más que probable que tanto Parra como de la Iglesia tuvieran muy presente lo que había hecho unos pocos años antes Tony Curtis con El estrangulador de Boston (1968).


Aunque en algunos momentos pueda parecer que la película quiso seguir la estela del giallo, el cine de terror italiano que tan de moda estaba en aquella época, La semana del asesino se me antoja profundamente ibérica. Es casi un recorte del periódico "El Caso", con esa atmósfera malsana, opresiva y maloliente, la crónica negra de una sociedad caduca que ya estaba desapareciendo para dar paso a una nueva. Dos sociedades, dos países, dos personajes, el de Parra y el de un debutante Eusebio Poncela, en la piel de un joven vecino homosexual que escribe guiones de películas, alter ego del propio director, totalmente opuesto al protagonista, pero convertido en su única compañía, y al final, en su conciencia, dando paso a un desenlace chirriante pero forzado por la censura, y que no desmerece el conjunto de un film atrevido y a reivindicar en la filmografía de uno de los cineastas más discutibles, polémicos y malditos del cine español.