martes, 7 de junio de 2011

CITA MISTERIOSA


Hay películas que un día cualquiera y casi por azar se cruzan en tu camino y, sin saber muy bien por qué, sea por tu estado anímico o por las circunstancias que rodearon ese momento, pasan a formar parte de tu lista de films favoritos. Cita misteriosa (1991) pertenece a esta categoría. Una comedia juvenil prácticamente desconocida y olvidada que no ha pasado a la historia del cine y que nadie osaría mencionar en un cine club, pero que se ganó desde la primera vez que la ví un sitio importante en mi corazón cinéfilo.

Será por ese arranque que nos muestra a un tímido adolescente obsesionado con su vecina, espiándola desde su habitación con el telescopio y hurgando en su basura para saber algo más de ella. Será porque luego la historia se transforma en una entretenida trama de equívocos, persecuciones y asesinatos. Será porque todo transcurre en una noche, algo que siempre me fascina, como en la hipnótica, agobiante y excéntrica Jo, qué noche de Scorsese. Será por las canciones de INXS o por el poster de Pink Floyd en la habitación del protagonista. Será porque están muy bien un Ethan Hawke recién salido del club de los poetas muertos y una Teri Polo unos cuantos años antes de Los padres de ella y secuelas.


Lo cierto es que, a pesar de todas estas razones, sigo sin entender muy bien por qué esta película me gusta tanto. A veces, simplemente, ocurre. Y puedo decir bien alto que entre todas esas películas de Welles, Buñuel, Kubrick, Hawks, Hitchcock y compañía que conforman mi videoteca predilecta, también está, con orgullo y sin complejos, esta irresistible Cita misteriosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario