lunes, 4 de abril de 2011

EL BLUFF DE "DEATH PROOF"


Aunque no comparto la devoción ciega y desmedida de sus acérrimos y arrodillados fans, Tarantino es un tipo que siempre me suscita interés. Me gusta esa vena cinéfaga y videoclubera que tiene y que expone en sus obras. Reivindicando sin complejos no sólo el cine de clase A, sino el de serie B, S e incluso Z (que no son lo mismo).


De ahí vino "Grindhouse", su proyecto conjunto con Robert Rodríguez, un tributo al cine cutre y exploitaion de los 70 y 80. Y todo eso está muy bien, por supuesto. La intención es lo que cuenta, dicen.


Pero es que "Death Proof" es, durante demasiados ratos, aburridísima. Tarantino lleva hasta el paroxismo y la extenuación su gusto por los diálogos banales y vulgares. Un acierto en, por ejemplo, "Reservoir dogs" y "Pulp Fiction". En "Death Proof", auténtico tedio.


Una pena, porque el film tiene sus momentos. Pero la historia está inflada como un globo para alcanzar la hora y media de duración. Dan ganas de coger la tijera y cortar, cortar, cortar hasta dejar únicamente las partes en las que aparece Kurt Russell en la piel del Especialista Mike. En ese caso, "Death Proof" hubiera sido un mediometraje magnífico.

1 comentario:

  1. A mi me sigue pareciendo un director un pelín sobrevalorado. En su terreno, no está mal pero no termina de gustarme. Al principio llamaba la atención, ahora falta el factor sorpresa.

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