domingo, 13 de mayo de 2012

KIKE MAÍLLO, IMPRESIONES SOBRE "EVA"

Aunque no tuvo mucha suerte en su recorrido por las salas, "Eva" ha sido una de las propuestas más interesantes del cine español del último año, por hacer algo tan descabellado por estos lares como es contar una historia de ciencia ficción sobre las relaciones, convivencias y sentimientos entre robots y humanos. Han sido varios los cineastas que en alguna ocasión se han preguntado, parafraseando a Philip K. Dick, si sueñan los androides con ovejas eléctricas, pero, insistimos, el cine español no se había planteado nunca este tipo de reflexiones metafísicas. Por eso tiene un valor añadido esta sensible ópera prima del director catalán Kike Maíllo, un esfuerzo recompensado con tres Goyas y ahora con el Premio FANTROBIA que otorga el FANT de Bilbao a figuras emergentes del género. 

-Kike, ¿hasta qué punto, a la hora de hacer "Eva", has tenido como referentes películas como "2001", "Blade Runner" o "Inteligencia Artificial"?

-No se hacen muchas películas de robots, así que cuando se hacen, esas pelis siempre están en el horizonte. De las que has mencionado la que está más directamente comprometida con "Eva" es "Blade Runner"  porque es la película fundacional. Podríamos no haber hecho ninguna película de robots más después de "Blade Runner" y no habría pasado nada. Para mí, la película esencialmente referencial con "Eva" es "Beautiful Girls", que no es de robots. Pero sí que de alguna manera, ese discurso sobre la naturaleza del amor y esa relación entre un adulto y una niña, marcan a nuestra peli. Estuvo muy presente durante la escritura. 

-Un film de robots -algo inédito en el cine español-, con una destacada presencia de efectos especiales, un reparto de calidad contrastada... y todo esto, en tu debut en la dirección de largometrajes. ¿Sentiste algo de vértigo cuando te pusiste al frente del proyecto?

-No. Creo que hay algo de inconsciencia, seguramente por ser debutante. Todos esos valores de los que hablas eran valores positivos para mí. Que la película tuviera el suficiente dinero para hacerse, que hubiera muchas semanas de rodaje -casi doce-, tener ese casting... todo eran valores que me daban seguridad. Seguramente ahora, a toro pasado, y viendo cómo están las cosas, haya algo de inconsciencia... pero agradezco haber ido con esa suficiente cara dura como para creer que sólo podía salir bien. La ilusión de prever que en el futuro va a quedar una película que la gente va a entender, emocionarse con ella... como el proceso es tan largo, es necesario que esa energía te acompañe. Cuatro años son muchos años dedicados a un proyecto.

-Viendo la interpretación de Claudia Vega, se hace mucho más inverosímil que la Academia haya decidido de un tiempo a esta parte no premiar a los niños...

-Sobre todo cuando veníamos de dar el Goya el año anterior a dos niños por "Pa Negre"... resulta curioso, me parece un poco pataleta. Entiendo perfectamente la norma, pero mi malestar con la Academia, aparte del puramente egoísta porque me hubiera gustado que hubieran nominado a la niña, es porque me parece paradójico que podamos levantar a los niños a las cuatro o cinco de la mañana, los podamos sentar en la nieve, tenerlos durante seis horas a menos veinte grados bajo cero... y no podamos un día aplaudirles en una ceremonia. Máxime cuando es un premio a la revelación, es un premio creado para los niños, porque nos molestaba que les quitasen los premios a los mayores. Entonces ahora nos inventaremos un premio que sea sólo para los niños, y les daremos una merienda... para que no trasnochen.

-Me ha llamado mucho la atención el diseño de la película. Los paisajes nevados, los colores fríos... una historia ambientada en un futuro cercano, pero con una estética muy retro, la ropa, los coches...

-Se junta el hambre con las ganas de comer. No podíamos proponer un futuro completamente renovador, por una cuestión presupuestaria, pero es que tampoco queríamos. Tú paseas por esta ciudad y ves edificios de hace 150 años y la gente lleva iphones en la mano... Para qué vamos a tirar la arquitectura de 100 años si funciona... Esa idea de convivencia de elementos del pasado con elementos del futuro... esa paradoja que se da en nuestros días. Y por otra parte, en la senda de acercar a ese público que objetivamente no va a ver este tipo de películas... en las películas de ciencia ficción siempre es más fácil explicar que el futuro va a ir a peor, porque es más morboso, más sugerente, genera mucha más dramaturgia, y además viene de un miedo atávico que todos tenemos al futuro. Nosotros queríamos explicar un futuro mucho más familiar, más cercano que esas películas que de pronto anuncian un futuro distópico y apocalíptico. Así que creíamos que recuperando ciertas formas de los 70, de los 80, la gente iba a sentir que no era su presente, pero sí que le resultaba familiar. Finalmente, para nosotros era muy importante que el público pudiera jugar al juego de la película, que era contestar a la pregunta "qué pasaría si en tu casa hubiera robots".

No hay comentarios:

Publicar un comentario