domingo, 6 de mayo de 2012

TRASHORRAS NOS HABLA DE "EL CALLEJÓN"

El Callejón es el debut en la dirección de largometrajes de Antonio Trashorras. Un capricho pop de este guionista y crítico de cine, una batidora de géneros y referencias que homenajea sin complejos al terror de serie B.  Da fe de ello, sobre todo, el inesperado giro final. Lo que podemos contar es que es una historia de supervivencia a lo largo de una sola noche, ambientada en una ciudad turística en temporada baja, a donde ha ido a parar una joven inmigrante que sueña con una vida mejor. Su pesadilla comienza cuando entra en una lavandería situada en un inquietante callejón. El film ha inaugurado la decimoctava edición del FANT, el Festival de Cine Fantástico de Bilbao, y tanto director como protagonista, Ana de Armas, charlaron con nosotros. Ante todo, gracias a los dos por su disposición y simpatía. A continuación, la primera parte de la entrevista, con Antonio Trashorras.

-Antonio, ¿por qué has decidido debutar en el largo con esta historia tan bizarra?

-Primero porque yo soy bizarro. Cuando escribo para otros directores tengo dos opciones. Si trabajo con un director que comparte mi manera de ver el mundo, el resultado puede ser bizarro por dos. Si estoy con un director con una visión más normal, más standard, tiro de oficio y escribo de una manera menos autoral. Pero claro, yo en solitario, no tengo por qué renunciar a mis impulsos. Yo tengo una tendencia a lo onírico, lo surrealista, lo ilógico y a contemplar el género de una manera muy caprichosa. Ha salido así porque busqué elementos muy concretos y muy baratos de producir, y porque no me corté a la hora de dejarme llevar por mis tendencias.

- La película me ha sorprendido por el giro final... empieza siendo "una de psicópata asesino" y de repente llega ese cambio de género, ese giro que descoloca. No sé si ya lo tenías pensado así desde el principio o surgió durante la escritura del guión...

-Desde el principio estaba planteado así. Pretendía ofrecer un espacio cerrado y una serie de giros, el más gordo este último. Y en un esquema en papel, ya estaba. Una película cortita, de ochenta minutos como mucho, y con estas situaciones. Luego lo que fui afinando fue la manera en la que pasan las cosas... y luego el dinero que había y las posibilidades y los medios me permitieron hacer algunas cosas mejor y otras... pero estoy contento porque la idea mental que tenía en la cabeza está en pantalla.

-La duración de la película, el presupuesto, pocos actores, los decorados... todo es muy serie B...

-Para mí serie B es un término que lejos de ser peyorativo o de minusvalorar la obra, la engrandece. Serie B es el entorno artesanal en el que muchos directores que me encantan del Hollywood clásico no estaban haciendo las películas A, sino que estaban un poco en la segunda división...

-Tourneur y compañía...

-Tourneur, el primero... el propio Fritz Lang... cuando llega de Europa se pone a hacer lo que se entiende por películas B. A mí, sin forzarlo, me llega la tradición de lo que más me gusta como espectador, que son esas películas muy concentradas, muy pequeñitas, también obsesivas... y que a lo mejor cuando tienes mucho más dinero te despistas y no puedes focalizar tanto en tener cuatro o cinco elementos y prestarles mucha atención y exprimirlos.

-El Callejón se estrenó en Sitges y hasta llegar a Bilbao han pasado bastantes meses y no ha llegado a los circuitos comerciales. ¿Tienes miedo de que se convierta en una rara avis, en una especie de película maldita?

-Es que en este momento cuesta mucho estrenar la película, pero no sólo la mía, hay otras que también se pasaron en Sitges y están pendientes de estreno, y alguna que se ha estrenado no ha tenido un estreno muy afortunado... el año es muy duro para el cine. La peli está viva en festivales, y se ha vendido a bastantes países. Estamos pendientes de qué pasa con el estreno comercial, pero espero que no pase de este año. Pero el momento es difícil por la falta de liquidez de las distribuidoras y porque quitando Los Vengadores y Los Juegos del Hambre, es un año muy crítico para el cine.

-Para la elección de la actriz protagonista no hubo ningún casting. ¿Por qué elegiste a Ana de Armas?

-El personaje era extranjero, tenía que ser una latina viviendo en España, y una opción era coger una española y trabajar el acento, otra opción era traer una actriz de fuera, latina, y luego está Ana de Armas, que prácticamente es la única no española con la suficiente fama y solidez profesional. Yo la había visto en televisión, siempre he creído que podía explotar en una película, que podía dar esa gama de sentimientos y de intensidad interpretativa que en la tele por la manera de trabajar no se da. Yo cuando la conocí, aprecié mucho interés, mucha capacidad de trabajo, ella entendió que la película estaba en sus manos, y esa responsabilidad la motivó. Fue empezar a ensayar con ella, y me di cuenta de que me había tocado la lotería. Ella es el alma de la película, y ha hecho la película mucho mejor de lo que yo nunca pensé. Ha sido una felicidad diaria trabajar con ella. Y yo espero que esto sea reconocido, que le aporte mucho en su carrera, porque claro, lo obvio es fijarse en que es una de las mujeres más guapas que hay, pero también es una actriz excelente. Y espero que El Callejón sirva para que muchos perciban lo gran actriz que es.

-Para los que hemos leído tus críticas durante años... ¿qué dirías como crítico de El callejón?

-Yo he hecho la película que me gustaría ver como espectador, de verdad. He hecho el tipo de película que a mí me divierte mucho, que  me transmite una alegría y unos deseos de ver cine fantástico y de terror, y es un gran capricho, un gran regalo que me he hecho como director y como espectador. Yo me considero un crítico apasionado, no cerebral...

-No eres de ésos que parece que miran las películas por encima del hombro...

-El crítico que mira las películas por encima del hombro no puede estar más lejano a mi manera de escribir. Las críticas siempre las he planteado desde el punto de vista del enamorado, del fanático y del espectador no voy a decir fácil, pero sí que se deja llevar y que es generoso, porque para mí el cine es disfrute y para pasarlo mal ya está la vida real. Entonces, para mí esta película como espectador/crítico/director, es un viaje por el tren de la bruja, un carrusel de temas y de momentos terroríficos que a mí me vuelven loco. Y espero que haya más gente como yo, que la película encuentre su público cuando finalmente se vea en las salas comerciales, porque en los festivales sí voy encontrando esa empatía, esa complicidad. Por lo tanto, hay un público para esta película, no sé en qué número, pero lo hay.


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